jueves, 27 de abril de 2017

La mujer de la Vía a Puerto Santander

Es bien conocido por muchas personas de aquellas historias que narran el testimonio de muchos conductores que aseguran haber recogido a una persona y que de repente ya no están en el vehículo. Otros dicen que al dejar bajar del vehículo desaparecen de repente. Pues bien, esta no es la excepción, ya que muchos de los camioneros que suelen parquear sus vehículos a los alrededores de la Via al puerto cuentan como en el transcurso de las noches pueden llegar a ver sombras extrañas, incluso aseguran que se ha visto a una mujer en la vía que no se mueve.

Algunas otras personas dicen que puede ser el agotamiento físico que  produce que los conductores de tráfico pesado puedan llegar a imaginarse cosas. Sin embargo, es un caso frecuente en varios choferes que han asegurado ver a la mujer Alta, con su cara tapada por el cabello y de vestiduras blancas manchadas de sangre.

Fuente: Biblioteca del miedo


Algunos han afirmado recoger a la mujer en la desolada noche, pero que al pasar unos minutos ésta desaparece sin dejar rastro alguno de su presencia. Habitantes aledaños a la vía señalan como responsable de estos sucesos a una mujer que hace muchos años murió arrollada por un vehículo pesado.

Escrito: Jorge Yitzhak

El payaso de Ceci

Históricamente  dentro de las cualidades a resaltar  del cucuteño se habla de su espíritu fiestero y que no desperdicia cualquier oportunidad para realizar un festejo. Y es que precisamente es en el transcurso de miles de fiestas en el barrio Ceci de la Ciudadela de Juan Atalaya,  donde radica el misterio del payaso.  

Como  un personaje alto, gordo, vestido y pintado como un payaso describen cientos de niños a este misterioso ser que se presenta generalmente en festejos que alcanzan altas horas de la madrugada y solo es visto por niños. Los padres de los menores al escuchar a sus hijos hablar de este personaje se asustan, porque un payaso a altas horas de la madrugada no es común y menos si estos no han sido contratados por ningún organizador del evento. 
Fuente:Mundo TKM

El caso al llegado hasta las autoridades, quienes a petición de los habitantes del sector, antes de realizar un festejo piden su presencia, debido a que se teme que se pueda tratar de una persona con problemas mentales que se disfraza de payaso y aprovechándose de la situación, pueda robarse algún niño o llegarle a hacer daño.

Escrito: Jorge Yitzhak

jueves, 20 de abril de 2017

El cerro de la brujas en Convención

Convención, Norte de Santander es un municipio que ha sido resaltado en varias ocasiones  por su gente trabajadora y honrrada, a su vez por su amplia producción de panela de la mejor calidad. Sin embargo existe otro factor que hace muy conocido al pueblo y es su famoso Cerro de las Brujas. Un terreno motañoso que limita con un cementerio. 

Al mismo tiempo, los habitantes también denominan al cerro como el bailadero de las brujas, ya que en esa zona cuentan que a altas horas de la madrugada se escuchan gritos y risas muy fuertes en ese lugar al que realmente no es sencillo llegar, debido a que es un terreno empinado. 


Muchos curiosos que han intentado llegar al lugar cuentan que se siente un ambiente pesado. Pese a esto, no solo suben a mirar que es lo que sucede, también lo hacen porque se dice que las brujas al amanecer dejan monedas de oro y plata. Al día de hoy no se ha podido corroborar si existen estos seres en el municipio, pero como dicen "...de que las hay, las hay"

Escrito: Jorge Yitzhak

La gritona de Sardinta

Hernan es un joven de 20 años que decidió seguir su vida por los ámbitos religiosos (católico), al salir a vacaciones del seminario de Ocaña resolvió irse para su pueblo natal, Sardinata. Allí vivía toda su familia en especial su padrino que era sacerdote de la iglesia principal. Como de costumbre optó por quedarse con su padrino en la casa cural.

Eran  las 3 am, el joven escuchó unos gritos muy lejos y oyó que estaban tocando la ventana de la habitación de su padrino. Sintió curiosidad y abrió cuidadosamente su ventana que quedaba en el mismo pasillo y vio una mujer de negro flotar a 20 cm del piso, con la cabellera larga que cubría su rostro. Ésta mujer hablaba con el sacerdote.

De inmediato se acostó y dejó que pasara la madrugada. Al salir el sol se levantó un poco desconcertado por lo que había visto y fue a preguntarle a su padrino que había ocurrido.

El sacerdote le dijo que no debió abrir la ventana, porque son espíritus malos y le hacían daño. Hernan lo que más le asombró fue que su padrino estaba hablando con ella, y de inmediato le preguntó que por qué lo visitó, el sacerdote le explicó que era la llamada ‘’gritona’’ la cuál era el espíritu de una mujer y había ido a pedirle permiso para devorar a su marido.

Escrito: Junior Torrado

El último descanso

El reloj marcaba las 11 pm. Juan tenía que salir a trabajar; él era celador en el barrio Motilones. Salió a su territorio de trabajo, las calles estaban desoladas y tan solo sonaba su pitido. Ya después de varios recorridos en su bicicleta por el barrio, como de costumbre decidió descansar en el andén de una casa deshabitada.

Al recostarse a la pared sintió como si por la parte de adentro de la casa golpearan con algún objeto. Juan se sorprendió porque no esperaba a nadie allí adentro, pues  tenía entendido que aún no estaba habitada.

Siguió descansando, pensando que ya habían habitado la casa. De manera muy despacio y con un ruido aturdidor se abre la puerta, Juan le entró escalofríos al darse cuenta que no había nadie dentro de la casa y estaba oscuro.


En ese momento el miedo y la curiosidad invadían el cuerpo del celador, ya que debía cerciorarse que no fueran ningunos bandidos que estaban dentro de la casa. Agarró su linterna en la mano izquierda y en su derecha el ‘’bolillo’’, un poco tembloroso y en su frente corriendo una gota de sudor, entró cuidadosamente. Da tres pasos hacia el frente y ¡TAT! Se cerró la puerta, despavorido corrió hacia la puerta para salir pero en su camino se le atravesó un espíritu de una mujer de blanco con cabellera negra y larga que cubría su rostro. En ese instante Juan pidió auxilio pero fue en vano, ya el espíritu lo había despedazado. 

Escrito: Junior Torrado

¿A qué le ladran los perros en el Trigal?

En ocasiones vemos a nuestra mascota ladrando intensamente hacia un lugar en específico donde no vemos nada en particular. No son nada raros los testimonios de dueños que dicen que sus perros actúan raro ante un pasillo, una ventana o en una habitación donde no hay nadie. A veces ladran sin control, otras veces parecen interactuar con alguien invisible y otras, los perros se mueren de miedo y simplemente se esconden. Sin embargo, muchas personas desconocen que los animales poseen un extraordinario desarrollo de sus facultades perceptivas, que les permiten ver lo que los humanos ni siquiera intuyen. Con una capacidad premonitoria excepcional son capaces de detectar la proximidad de terremotos o incluso conocer si una persona está diciendo la verdad o está mintiendo.

En la cancha de tierra ubicada a los alrededores de la Manzana 7 del barrio Trigal del Norte se dan cita casi todas las noches una gran cantidad de perros que al cabo de unos minutos empiezan a ladrar con fuerza hacía el centro del lugar  como si estuviesen observando algo que les molestara. Los vecinos del sector han manifestado su sorpresa y molestia frente al tema, ya que nunca habían visto una manada de caninos actuando de esa forma, pero al mismo tiempo genera malestar en los hogares.

Algunas personas del barrio, aseguran que los perros le podrían estar ladrando al espíritu de un hombre que fue asesinado hace muchos años en esa cancha al cabo de terminar un encuentro futbolista y que debido a que su muerte se generó de manera violenta, su alma quedó penando en el lugar.

Escrito: Jorge Yitzhak

martes, 4 de abril de 2017

El jinete sin cabeza de Ábrego

Cuando era niño viví en un pueblito  llamado Ábrego, en aquel tiempo mis abuelos tenían una casa cerca de una callejuela y un camino para ir al campo. Como era  costumbre en las noches salía a jugar  con mis amiguitos. En una noche muy fría, con una luna encendida y rodeada de silencio, decidimos con mis amigos: Cesar, Sebastián, Juan David, Yuli, Thiago y Julián jugar fútbol en la callejuela. Al rato después de haber finalizado  el juego, muy cansados nos sentamos a contar las historias del pueblo que nos habían narrado nuestros abuelos.
Todos coincidimos en contar la misma historia que se escuchaba mucho por ese sector. Marcando el reloj las 12:00 am y con el frío que empezaba a tullirnos yo empecé a contar. Mis abuelos cuando eran jóvenes salían en las noches a visitar a un amigo que tenía televisor, de esta manera es que ellos podían ver noticias, novelas y programas que salían en ese entonces. Una de esas noches se demoraron y cuando estaban a pocas cuadras de la casa, escucharon unos ladridos de perros en la parte oscura de la callejuela y posterior a eso unos relinchos de un caballo.
No se sorprendieron, porque de noche los caballos y las vacas salen a caminar por las calles del pueblo, entonces no era la primera vez que oían ese tipo de ruido.
Como hábito de ellos, días después siguieron saliendo en la noche a casa del amigo, que era uno de las pocas personas que tenía un buen televisor a blanco y negro. Una de esas noches se tornaba un ambiente tenebroso y escalofriante por el asesinato, días anteriores, de un señor que le decían “Machetilla”, el cual vivía saliendo del pueblo y siempre paseaba en un caballo negro. “Machetilla” apareció decapitado junto a su caballo a la orilla de una quebrada cerca de su parcela.
Fuente:Oxlacmundoinsolito
Esa noche mis abuelos sentían mucho frío y temor por lo sucedido. Ellos no sabían si el miedo era porque había algún asesino suelto o por la situación de la noche, ya que había mucha neblina y no era época de invierno.
Al llegar a la vivienda volvieron a escuchar los ladridos y relinchos que salían de la callejuela  y en ese momento relacionaron el sonido con la muerte del jinete y su caballo. De inmediato los escalofríos invadieron sus cuerpos, con las manos temblorosas pudieron abrir la puerta para entrar. Estando adentro de la vivienda ya acostados escucharon galopear y relinchar.
Mi abuelo al ver tan asustada a mi abuela quiso calmarla diciéndole ‘’ mija no es nada, ya voy a mirar para que quedés tranquila’’ se levantó y se asomó por la ventana y vio un caballo robusto y de color negro con su jinete, el cual no se podía ver bien porque estaba sin cabeza.
Al finalizar la historia ya el miedo era evidente en nosotros. En ese momento de la noche decidimos irnos a dormir porque era tarde.
Estando acostado en el cuarto que da hacia la calle escuché los latidos, relinchos y galopes. Al sentirme solo porque ya mis abuelos estaban dormidos, decidí esconderme bajo las ruanas y no moverme. Pero los sonidos se oían más cerca a la ventana de mi habitación, me llene de mucho miedo y salí corriendo hasta el cuarto de mis abuelos contándoles lo que había pasado.
Ellos de inmediato se levantaron, prendieron todas las luces y se asomaron por la ventana pero ya no había nada. El jinete sin cabeza había desaparecido por la callejuela.
Escrito: Junior Torrado